En algún momento de 1992
*Dedicado para los niños que perdieron la virginidad de su inocencia en el consultorio ( y no me refiero a lo que están pensando :b) y para June que descubrió su vocación ahí.
Eran las cuatro de la tarde y el pequeño Josué había llegado al consultorio del Doctor Barahona, su pediatra oficial que lo había consultado desde que tenía una semana de nacido.
Había salido ya el último niño que tenía cita antes de él, y presumía a todo aquel que le dirigiera una mirada, que el doctor le había obsequiado una paleta, Josué lo envidió por un momento y le preguntó a su mamá en el oido, por qué a ese niño le habían dado un dulce, a lo que su madre contestó sin el menor reparo y sin inhibición, que la paleta era un premio de consolación ya que ese niño tenía hepatitis, porque cuando fuera grande no iba poder donar sangre o incluso no llegaría a ser grande. Justo después de que su madre terminó de decir eso, la secretaria del Doctor pronunció el nombre del próximo paciente que debía pasar con a consulta, ése era el de Josué.
El doctor los recibió amablemente y preguntó el motivo por el cual habían traído al niño, su mamá le explicó al doctor que al niño no le gustaba la convivencia en la guardería y que ella creía que podría estar enfermo de lombrices por lo que le impedía estar feliz con los demás niños.
El doctor tomó al niño y lo revisó, principalmente la panzita, se cercioró de que no hiciera ruidos extraños. Le revisó los ojos y no encontró ningún indicio de alguna otra enfermedad que pudiera ser la causante del posible mal humor, como la anemía.
Le preguntó al niño su nombre y este le respondió pero sin el mayor ánimo, observó que su interés se centraba en los cuadros y vitrinas que tenía en su consultorio, como el cuadro de un dientezote, que tenía a un ratón vestido de ladron tratando de arracarlo, y el otro cuadro que contenía unas manitas de niño y ahí había bichitos rondando.
El doctor terminó de revisarlo y le dijo a su madre que físicamente estaba bien, que no había ninguna anomalía, pero le hizo notar a su madre que el niño observaba mucho las cosas.
Su mamá le preguntó que a qué se debía esa forma de ser, y el doctor contestó que el niño era así porque al observar tanto, perdía el interés de hablar y que seguramente no hablaba mucho porque pensaba que los demás no le podrían resolver las dudas que tuviera, pero que con el tiempo iría hablando un poco más
Los padres del niño no entendieron lo que el doctor quería decirles, y en su mente albergaron ideas locas en torno al niño, creyeron que sería autista, o antisocial y en el peor de los casos secuestrador y asesino.
El doctor hasta se animó a predecir como se comportaría el niño y a qué se dedicaría
-Pero no se preocupen, cuando crezca más, comenzará a hablar por cualquier cosa y hasta usted deseará callarlo con cualquier cosa que tenga a la mano- dijo el doctor con tono animado.
-Y ¿Cómo a que edad le sucedera eso?- preguntó el padre del niño
- Pues, cálculo que a los siete u ocho años, meses antes meses después.
-Es más estoy seguro que su hijo será conferencista, o vendendor de seguros, cualquier cosa que se tenga que vender, lo hará con la voz de su hijo.
- ¿Está seguro doctor?
-Sí, el niño será de los que les encante socializar y tener contacto con la gente.
- Bueno, suena bien eso doctor.
- Sí, ya lo verán.
El niño escuchaba la conversación en parte y otras veces cambiaba su atención hacía las demás cosas que estaban alrededor
El doctor pensaba por alguna razón, que el niño podría llegar a desarrollar un gusto por hablar demasiado, y que en ese gusto habría miles de actividades.
La consulta terminó y el niño le preguntó al doctor si podría regalarle una de las paletas,el doctor aceptó con generosidad y hasta le regalo una más, por verlo tan saludable. Se despidieron y salieron del consultorio.
Al salir Josué le preguntó a su mamá, si el doctor le había regalado doble también como premio de consolación, por creer que su futuro era aun peor que el niño con hepatitis, la mamá de Josué no supo que contestar, pero se sorprendió que el niño hubiera escuchado todo eso.
Fin
5 comentarios:
:O
..... ¿entonces, si le paso o no? bueno, no importa... es una historia interesante, ¿crees que es peor lo que le diagnosticaron a la hepatitis? digo, pudo haberte sentenciado a ser psicologo jajajja
bueno, quizá no tu, el niño Josue, jajaja, gracias por la dedicatoria y eso...
¿Psicólogo? ¿Ese es el castigo divino?
No, yo no creo que ser psicólogo sea malo, es de las carreras que me generan interes.
Mucho peor es ser Vendedor de seguros o de esos que van de puerta en puerta para que les compren cosas.
Y sí, para mi era peor el destino ese, que tener hepatitis.
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