Yo no comencé a escribir, las letras me escribieron, o así lo creí cuando era pequeña y la voz de mi primo me interrogó sobre mi propia existencia, su duda sobre si soñamos, si alguien nos sueña o todo o nada ocurre, me hizo pensar en un Dios que era un simple escritor suspendido sobre el silencio de su soledad, la creación.
Me gustaban las historias, solía exigir a todo el mundo que me contaran cosas, soñaba con leer todos los libros que había en casa e incluso intente aprender a leer sola. Yo no pensaba en ser escritora, al contrario, una vez un médico al que me llevaron le dijo a mi mamá que seria escritora y yo decidí que no lo seria, porque en mi casa decían que el destino no existía y pensé que ese señor no tenía derecho a decidir sobre mi futuro (era algo común que llevara la contraria en ese tiempo).
Fue por esos días cuando me enamore de la literatura, de un libro que tenia voz, aunque no puedo decir cuál es el título, sólo que hizo que vibrara cuanto fui, hasta descomponer mis cimientos y transformar toda mi vida. Alguna vez escuche que estamos sentenciados a buscar ciertas cosas, nuestros primeros encuentros con lo que podemos definir como “una experiencia intensa, que exalta nuestros límites y los traspasa”. Nunca he sentido algo tan fuerte, tan grave o tan real como ciertos fragmentos escritos, como ese primer encuentro al que busco constantemente de los labios de las letras. Luego llegué a la primaria, me obsesioné con estudiar, por tareas hice algunos versos, descubrí que la poesía era perfecta y que yo no lograba conectarme con ella; hice historias y carecían de fuerza, se desinflaban, así que abandone esos rumbos.
Fue hasta que estuve por terminar la secundaria cuando surgió, entre desvelos y dolor, la necesidad de escribir. Necesidad que tenía que ocultar. A mi familia no le gustaba la idea y menos aún las cosas que escribía, así que me lo prohibieron. Todo cuanto escribía iba a manos de mi mejor amigo o de una compañera de clases que se encargaba de quemar cuanto le daba. En el bachillerato una de mis maestras habló con mi mamá para que dejara que siguiera escribiendo, y finalmente – aunque no por gusto – me dejaron seguir rayando libretas.
Aún creo que yo no escribo nada, aún creo que es alguien más quien inserta ideas locas en mi pobre cabeza (no, no es esquizofrenia, aunque a veces se parezca), y sigo amando las letras sin creer que seré escritora, más bien soy una recolectora del placer de leer.
14 comentarios:
Yo me declaro tu "fan" aunque debo admitir que nunca me ha gustado el fanatismo en ninguna de sus formas, pero contigo, vale la pena.
^^
Rayando libretas y recolectando letras por el placer de leer.
Emma, en realidad yo admiro mucho lo que escribes... gracias por tus palabras ....
:)
Debo admitir que me agrada que te agrade, eres no sé, pero creo que el hecho de que me guste muuuucho lo que escribes [osease yo te admiro a ti] hace que me sienta bien cuando dices que te gusta lo que escribo yo.
Y me voy [porque ya no entendi lo que escribi]
^^
Sí, escribir es una necesidad, pero creo la verdad que todos escribimos, hay que reconocer qu escribimos... para empezar a ser escritor, tú primero debes creértelo 8)
Wow, admiro mucho tu tenacidad, pues te has mantenido a pesar de que no contaste con el apoyo de tu madre, que es muy vital. Lo mejor de todo es que creo que eso te ayudó para escribir las cosas que escribes, no cualquiera puede salir adelante ante tantas adversidades.
Oye y cuéntame ¿cómo fue que el médico se dio cuenta que serías escritora?, eso está muy interesante
Es que es era un médico gurú...
jajaja, si, eso supongo, no lo sé, no recuerdo la entrevista que me hizo... sólo dijo que yo seria escritora...
Chale , pues vamos en busca del médico gurú, quiero que me diga si seré millonario...
ahhh, pues trabajaba en el IMSS, jajaja, al menos al que me llevaron (no, creo que en el ISSSTE), quiza lo supo por alguna evasion de la realidad (que presente) en lo que nos hacian esperar, o algo así, jajaja
Jaja, tal vez, pero que raro, siendo médico guru siga en el anonimato, mejor voy ir con los que adoran a la santa muerte, y que me hagan una limpia
jajaja, sí vamos con el médico gurú!!!!
MAESTRA, tú síguele, como dijo hoy Liz, se nota que esto bien que te hace feliz. Te agradezco que el día que iba bien aprehensiva con Quitt, me dijeras: tómalo con calma, y te rieras. Y que luego eres bien crítica, jajaja, me doy cuenta, pero no dices nada, que "para no caer en lo personal".
¿A ti qué, maestra?
El que no soporte la crítica que se salga de la SOGEM,¿para qué va si no quiere crecer?
Me da gusto haberte reencontrado :)
jajaja, a mi tambien me da mucho gusto haberte encontrado, a ti y a los demás.... :)
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