Porque soy un animal
tengo el instinto de todos y la gracia de algunos.
A veces soy un oso
con finta de agradable que invita a acercarse
pero con las garras preparadas esperando atacar.
Cuando tengo la furia desatada soy un gorila
con el odio manifiesto para espantarte con la mirada
y la fuerza suficiente para tumbar paredes.
En otras soy un cerdo, amante de la inmundicia:
depravado, fetichista y morboso.
Alguien me dijo que parezco un armadillo
de cara tierna que se esconde en su concha para protegerse.
Y hay quien me dijo que parezco un gato
uno enorme, tierno pero hosco.
Y también lo soy:
porque de cualquier forma soy un animal.
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